¿Te has dado cuenta de lo fácil que es recordar experiencias negativas y cuánto esfuerzo requiere realmente disfrutar de las positivas? No eres tú, es tu cerebro. Nuestra mente está diseñada evolutivamente para prestar más atención a lo negativo debido al conocido «sesgo negativo». Este sesgo es una adaptación neurológica que nos permitió sobrevivir como especie, priorizando la detección de amenazas y peligros potenciales. Sin embargo, en el mundo moderno, esta característica del cerebro puede sabotear nuestra felicidad y bienestar emocional.
Pero hay una excelente noticia: podemos entrenar activamente nuestro cerebro para absorber y aprovechar las experiencias positivas mediante una técnica conocida como «apreciación positiva».
¿Qué es la apreciación positiva?
La apreciación positiva es una práctica respaldada por la neurociencia y la psicología positiva que nos enseña a captar, profundizar y conservar las experiencias cotidianas agradables para convertirlas en recursos internos permanentes. Más allá de simplemente reconocer algo agradable, implica involucrar activamente tus sentidos y emociones para que estas experiencias queden profundamente grabadas en tu memoria emocional.
Al entrenar tu atención para enfocarte en lo positivo, estarás fortaleciendo circuitos neuronales que promueven tu bienestar emocional, generando un círculo virtuoso: las experiencias positivas producen emociones positivas, las cuales motivan más experiencias gratificantes.
¿Cómo funciona el sesgo negativo en nuestro cerebro?
El cerebro humano tiende a magnificar y almacenar más fácilmente experiencias negativas debido a una mayor actividad en regiones como la amígdala, que es responsable de gestionar el miedo y la respuesta al estrés. Las emociones negativas se graban rápidamente y requieren menos repeticiones para consolidarse en la memoria de largo plazo.
En contraste, las experiencias positivas suelen pasar desapercibidas si no les prestamos atención consciente, porque nuestro cerebro necesita más tiempo y repetición para consolidarlas. Aquí es donde entra la apreciación positiva, actuando como una herramienta efectiva para compensar y revertir este sesgo natural.
¿Qué sucede en tu cerebro con la apreciación positiva?
Cuando conscientemente practicas la apreciación positiva, activas y fortaleces áreas clave del cerebro, como la corteza prefrontal, involucrada en la regulación emocional, la planificación y la toma de decisiones. También facilitas la liberación de neurotransmisores como la dopamina y serotonina, asociados con la felicidad, el bienestar y la motivación.
Pasos sencillos para practicar la apreciación positiva:
- Identifica la experiencia positiva: puede ser desde saborear un café, disfrutar del sol, hasta una conversación agradable.
- Saborea conscientemente el momento: dedica al menos 20 segundos para absorber plenamente esta experiencia, prestando atención a tus emociones y sensaciones físicas.
- Amplifica la experiencia: imagina intensificando esta sensación, permitiendo que se expanda y llene tu cuerpo y mente.
- Registra e integra: anota brevemente esta experiencia o consérvala conscientemente en tu memoria emocional para reforzar aún más su impacto.
Beneficios concretos de entrenar tu cerebro con la apreciación positiva:
- Reduce el impacto del sesgo negativo, generando un balance emocional más saludable.
- Fortalece la resiliencia emocional frente a los desafíos cotidianos.
- Mejora notablemente el estado de ánimo y el bienestar general.
- Disminuye el estrés, fortaleciendo incluso tu sistema inmunológico.
- Facilita relaciones más saludables, con una comunicación más empática y positiva.
Pequeñas prácticas, transformaciones profundas
Practicar diariamente la apreciación positiva no significa negar las dificultades, sino desarrollar activamente tu capacidad de disfrutar lo bueno, permitiendo una transformación neuroplástica positiva de tu cerebro. A través de pequeños momentos conscientes puedes lograr grandes cambios, construyendo una vida más plena, consciente y satisfactoria.